IGREJA DO PAÍS IRMÃO QUER QUE O POVO AJUDE OS ALÓGENOS MAS MAL PIA SOBRE A SOLIDARIEDADE NACIONAL

Fonte: http://www.alertadigital.com/2013/01/23/rouco-varela-pide-a-los-catolicos-que-ayuden-a-las-familias-inmigrantes-mientras-ignora-a-los-espanoles-victimas-del-sistema/

La jerarquía católica en España se ha convertido en una gran mentira. Alentada por Rouco Varela, la jerarquía católica llama a alimentar a los musulmanes y es el caballo de Troya de la islamización de España. Esa es la realidad y lo demás es comentario. Fueran los anatemas laicos políticamente correctos que ya no asustan a nadie. La Iglesia en España chapotea en la mentira.

(...) La Iglesia católica en España no es el buen samaritano sino una exuberancia de estupidez suicida. Y si no que se lo pregunten a los coptos o a los cristianos en Nigeria o a Asia Bibi en Pakistán, incomunicada en cadena perpétua. No hay caridad para los cristianos, ni fraternidad. La Iglesia de Rouco calla, cobarde y cómplice, mientras alimenta el conflicto en España. Esa Iglesia sólo atenta a sus privilegios y a su financiación y que vende al por mayor la mentira de Cáritas.

La Iglesia de Rouco tampoco denuncia la permanente escalada de robos, crimenes y violaciones que han sufrido miles de españoles de manos extranjeras. Ni la ola de suicidios, fruto de un sistema económico aberrante y depredador, que mide el valor de las personas en base a criterios económicos y no humanísticos. Ni la campaña fratricida promovida desde instancias nacionalistas. Ni la degradación de una parte del clero catalán. Ni el cúmulo de mentiras en torno a un régimen político que tuvo la virtud, entre otras, de devolver a la Iglesia privilegios y prerrogativas que fueron cruelmente abolidas durante la II república…
Por otra parte, Rouco ha convertido la Iglesia católica en España en una sucursal servil del Partido Popular y lo ha hecho en niveles degradantes y escandalosos de complacencia con la corrupción.

La Iglesia de Rouco defiende a los que pregonan la islamización de España mientras ignora miserablemente a Imran Firasat, el único cristiano que en España está dispuesto a entregar su preciosa vida en defensa de nuestra fe.

La Iglesia de Rouco es el comedor social de los musulmanes. La Iglesia de Rouco es la media luna de los idiotas. Y no tan idiotas, porque resulta que de fomentar la amenaza musulmana con su demografía expansiva viven la friolera de 4.357 católicos oficiales, que están asalariados de Cáritas, que viven de Cáritas y en buena medida del contribuyente, porque el 33,70% de los fondos salen de los fondos públicos, de las administraciones locales (19.635.876 euros), las autonómicas (31.499.100), de la central (28.626.405) y de la Unión Europea (4.728.352). Datos oficiales de la web oficial de Cáritas.

Por supuesto, hay que acabar con esta mentira, aunque algunos católicos oficiales amenacen con sus falaces excomuniones. Con nuestro dinero no se debe financiar a los musulmanes. Para nada. No debemos volver a dar un solo euro a la Iglesia, ni en el cepillo, ni mucho menos poner la crucecita. Y animamos a todos a hacer lo mismo.

La Iglesia de Rouco es mentira, grosera mentira. Es una coartada del sistema y un quintacolumnismo islámico. Ni un euro a la Iglesia de Rouco. La verdad nos hará libres y la Iglesia de Rouco es mentira, es la media luna camuflada con la crucecita.

Ayudar a las personas inmigrantes y sus familias

El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ha pedido en una carta a los católicos que ayuden a las familias inmigrantes. En la misiva los invita “a salir al encuentro, con el entusiasmo y la valentía que impulsaron a las primeras comunidades cristianas, de las personas inmigrantes y sus familias, a quienes la crisis golpea más gravemente.

La carta se ha publicado con motivo de la celebración el próximo domingo de la Jornada del Emigrante y del Refugiado bajo el lema “Un caminar de fe y esperanza”.

En el documento, Rouco Varela ha insistido en que los inmigrantes “han venido en búsqueda de unos medios de vida y del reconocimiento de su dignidad de personas, atraídos por nuestro bienestar y también porque necesitamos su trabajo”.

Por ello, ha pedido que se fomente la convivencia “basada en la fraternidad” y también “en la hospitalidad brindada al inmigrante, sea cual sea su raza, cultura y religión, rechazando toda exclusión o discriminación, respetando y promoviendo los derechos inalienables de las personas y pueblos”.

Junto con enfatizar la necesidad de mantener los proyectos que ayudan a los inmigrantes, especialmente aquellos que se encuentran en situación irregular o son víctimas de tráfico y explotación de personas, también ha pedido a los extranjeros residentes en España que se esfuercen “para que crezcan en ellos los sentimientos de pertenencia y participación”.

 

Toca as raias do ridículo a indignação do autor do artigo diante do que há décadas se previa facilmente que aconteceria numa situação como a actual - a Igreja a pôr acima de tudo o «dever» de solidariedade para com os alógenos. O pormenor da referência ao «dever» da Igreja condenar os Nacionalismos em Espanha é particularmente significativo na medida em que ajuda a compor a imagem do que é o autor do artigo e seus afins: gente conservadora, patriótica, que queria muito que a sua igrejazita lhe fizesse o jeito político, e estivesse unida a eles numa mesma empresa patriótico-civilizacional, como se o Cristianismo fosse mesmo, mesmo, a religião da Nação... É óbvio que, não obstante os séculos e séculos, aliás, milénio e mais de meio, de pacto da Igreja com o Estado, não obstante toda essa tradição ditada pela força das circunstâncias, a verdade é que a religião que a Igreja representa não é, nunca foi e, sobretudo, sobretudo, repito, sobretudo, nunca poderia ser a religião da Nação. Nunca, jamais, em tempo algum. E nunca o poderia ser devido precisamente à sua própria essência de credo universalista, que manda amar o próximo como a si mesmo e até dar-lhe a outra face e não resistir ao mal que ele possa fazer ao Nós. O próprio judeu morto no qual se baseia a doutrina afirmou que tinha vindo para voltar os pais contra os filhos e os filhos contra os pais, portanto, veio para dividir a Estirpe e até virá-la contra si mesma, o mesmo judeu morto manifestou um claro desprezo para com os laços de sangue ao nem sequer ter qualquer pressa em receber a sua própria mãe e irmãos que tinham ido ter com ele, porque, deixou-o claro, os seus irmãos eram somente os que o seguiam, o que significa a diluição dos laços de sangue em proveito dos laços doutrinais, raiz do internacionalismo.

 

Tudo isto é absolutamente óbvio - mas nem se pode levar muito a mal que haja demasiados patriotas europeus que o não entendam nem queiram entender, porque a sua ligação à Cristandade é de ordem emocional e aquilo dali dificilmente passa, acabou. Neste caso, interessa apenas divulgar este tipo de casos no seio da hoste nacionalista para que os jovens e os cristãos que o são apenas nominalmente, ou que nem são de crença forte, se afastem o mais que puderem do Cristianismo, que é, sempre foi, o grande cavalo de Tróia já dentro das fronteiras europeias que há muito funciona contra a fortaleza europeia, a fortaleza que repele o alógeno. A Igreja, neste sentido, mais não faz do que ser coerente e, por isso mesmo, visceralmente incompatível com o Nacionalismo.