SOBRE OS ASPECTOS ÉTNICO-CIVILIZACIONAIS POR TRÁS E DURANTE O «AL-ANDALUS»
Hemos conversado con Jesús Sánchez Adalid, sobre su última novela, ‘Alcazaba’, ganadora del premio Alfonso X El Sabio. Departimos con él sobre la “España musulmana” para concluir que es más justo decir que “España son los mozárabes” a decir que “Asturias es España y lo demás…”.
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Me parece que es muy injusto que nunca se haga referencia a las poblaciones cristianas del Al-Ándalus, que eran muy numerosas y florecientes.
De esos tópicos surgen leyendas que han pasado a nuestra cultura, como por ejemplo que a los árabes les debemos la aritmética, la matemática, o que se conservara la filosofía de Aristóteles. Eso es falso, eso lo conservaron los mozárabes, que eran los que conocían la lengua griega, que era la lengua litúrgica, de la liturgia de San Juan Crisóstomo; y los que conocían el latín, porque era su lengua culta. Y todo eso estaba en los libros que se trascribían una y otra vez en los monasterios que siguieron funcionando.
(...) había un sustrato tribal importantísimo, el gran error en la historia son las simplificaciones y pensamos que la umma musulmana estaba unida, y es todo lo contrario, había cabilas bereberes que estaban en los alfoz de todas la ciudades y eran el sustrato más importante, había una oligarquía que era una minoría árabe que había venido fundamentalmente de Damasco, de lo que hoy es Siria, había venido una población importante del norte de África, existían los muladíes, que eran musulmanes descendientes de la población romana hispano-visigótica, y esta masa nunca llegó a unir, fue siempre la génesis de todas las divisiones que se produjeron a lo largo de los siglos, las diversas rebeliones y los reinos de taifas que fueron surgiendo a lo largo de todo el periodo de Al Ándalus. De hecho, la primera división fue el emirato independiente y después el califato independiente, que rompió con el comendador de los creyentes que en realidad era el monarca que vivía en Arabia, en la tierra del profeta. No era una población homogénea, y además estaban los dimmies, los hombres llamados del libro, cristianos y judíos, en un mosaico tal era muy difícil conseguir una unidad. La hubo en determinados momentos, pero costaba muchísimo trabajo. Esto no lo dicen los cristianos, sino las crónicas musulmanas. El único documento que tenemos aparte de la crónica mozárabe son algunas cartas de la cancillería de Eginardo, todo lo demás son cronistas musulmanes, no se puede falsear, es lo que escribieron ellos de ellos mismos; no estamos haciendo un remedo sobre todo lo que se ha contado, estamos contando lo que se contó en su época.
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Los visigodos tardaron muy poquito tiempo en convertirse, lo primero que hicieron fue abandonar el paganismo que traían, y los musulmanes conservaron su religión. No hay que olvidar que los cristianos de aquella época no consideraban a los musulmanes paganos, los consideraban herejes, era la herejía mahomética, a Mahoma se le consideraba un hereje. Hubo coexistencia real durante mucho tiempo, la prueba es el sustrato de población muladí, del cual se ha hablado también muy poco. Los muladíes no llegaron a unirse nunca con la masa oligarca árabe, fueron en determinados momentos el sustrato de población más importante.
Hay detalles sorprendentes que dan la prueba de que el problema racial existente, por ejemplo que la saga de los Abderramanes. Abderramán III tenía en sí mismo la sangre de la población autóctona cristiana y sus rasgos lo decían: tenía los ojos azules, era rubio, y se pasó toda la vida tiñéndose el pelo de negro, porque quería pertenecer a la oligarquía árabe, que era la que había venido de la tierra del profeta. Lo sabemos porque lo cuentan sus propios biógrafos musulmanes, no es un invento de los cristianos. Hubo un problema, y la prueba son estas grandes rebeliones constantes.
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Parte de la población, en los cien años siguientes a la ocupación musulmana, soñaban con la restauración del “orden godo”, y soñaban con que Toledo volviera a ser la ciudad regia, por eso miraban donde estaba el sustrato visigodo, que eran las montañas de Asturias.
(...) nuestra lengua no vino del norte con los reconquistadores, nuestra lengua es la que estaba aquí, las lenguas romances son las lenguas vernáculas, rústicas, que derivan del latín, por eso se parecen el portugués, el gallego, el castellano, el catalán. Porque todas tienen el mismo origen, no es una lengua recibida, es la lengua originaria de los pueblos hispanos, es la lengua de la romanización. Lengua que adoptan los visigodos.
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Hay una frase, un lugar común: en tiempos de crisis, volver a los orígenes. Hay muchos pensadores que cuando se producen estos aceleradores históricos misteriosos, raros, se les enciende la luz, se dan cuenta de que la sociedad empieza a decaer y de que el mundo va al desastre, al fracaso, empiezan a mirar hacia atrás. Tampoco esa es la solución, pero sí hay que mirar para atrás porque tenemos que aprender de nosotros mismos, es la forma de conocernos.
Sem dúvida, isto é realmente fechar o artigo com chave de ouro, mas traiçoeiramente para quem profere tais palavras, que é padre - porque a verdadeira raiz do que somos não está na época cristã e sim em tempos anteriores, pagãos, só aí se encontra a essência do que é realmente o Ocidente, livre de qualquer obrigação «moral» universalista e pronta para se virar para o culminar sagrado da sua estirpe, que é o retorno aos seus Deuses.
2 Comments:
«Los visigodos tardaron muy poquito tiempo en convertirse, lo primero que hicieron fue abandonar el paganismo que traían, y los musulmanes conservaron su religión.»
Interessante...
Boa informação.
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