A CONTRA-IMIGRAÇÃO CADA VEZ MAIS NA ORDEM DO DIA

Los “progres” no han esperado para atacar, tildando de ultraderechista, a todo aquel que se atreve a poner en duda la política de puertas abiertas que defienden, por un lado la línea oficial de la izquierda española, y por otro, cierto sector liberal y democristiano deseoso de enriquecerse a costa de la explotación de los inmigrantes.

Hace unos días diversos estudios del Instituto Elcano y el sindicato policial CEP, confirmaban nuestras informaciones sobre el potencial peligro de la existencia de numerosos integristas islámicos mezclados entre las colonias de inmigrantes musulmanes en España. Especialmente en Cataluña, que se ha convertido en la mayor “cantera” de Europa a la hora de reclutar yihadistas.
La preocupación ciudadana sobre la cuestión no ha pasado desapercibida a los políticos, que han introducido, ya sea por convicción u oportunismo, la cuestión en sus agendas, de tal manera que el control de la inmigración comienza a ser una pieza clave, al igual que ha sucedido en Francia. Y es Cataluña la región que parece encabezar este debate.
Por CiU, Duran Lleida, precisamente en Vic, con una población inmigrante del 22 %, incluyó en su discurso electoral la defensa de normas limitativas para la inmigración, en concreto la aplicación de "criterios más restrictivos" a la hora de permitir la reagrupación familiar de los inmigrantes. Esta reagrupación debería limitarse, según Duran, a quienes "realmente tengan garantizado un lugar para vivir digno y un trabajo".
Por su parte Piqué aseguró en Salt (Gerona) que hay que "controlar la transmisión de determinados mensajes que se puedan producir bajo la capa de determinadas asociaciones" para evitar mensajes 'yihadistas' en las mezquitas y advirtió que existen "imanes más cercanos al integrismo que la integración". Salt donde el 40 % de la población es inmigrante, constituye un ejemplo del posible futuro de muchas de nuestras ciudades. Piqué reclamó que haya "un control de las actividades que se realizan bajo la capa de asociaciones culturales, pero que en el fondo hablamos de mezquitas clandestinas". Asimismo remarcó que "hay vinculación clara entre inmigración irregular y ciertas expresiones de delincuencia, sobre todo en bandas del este de Europa" y puso como ejemplo grupos de "Rumanía y Bulgaria".
Plataforma per Catalunya (PxC), fundada en Vic hace cinco años, aspira a convertirse en el partido árbitro para dar a unos u otros la alcaldía en la capital de Osona. El líder de la PxC es Josep Anglada, que puede obtener tres concejales en estas elecciones, dos más que en 2003. Vic es el bastión de este partido, que ha presentado otras 40 candidaturas por todo Cataluña. Su lema se centra directamente, sin complejo alguno, sobre el problema: "Por un mejor control de la inmigración". A nivel nacional el único partido que centra su mensaje electoral sobre esta materia es Democracia Nacional, que presentará a más de 500 candidatos repartidos en 38. Los “progres” no han esperado para atacar, tildando de ultraderechista, a todo aquel que se atreve a poner en duda la política de puertas abiertas que defienden, por un lado la línea oficial de la izquierda española, y por otro, cierto sector liberal y democristiano deseoso de enriquecerse a costa de la explotación de los inmigrantes. Desde El País se han apresurado a destacar las vinculaciones de Anglada con la extinta Fuerza Nueva, que desapareció de la escena política allá por 1982, y a acusar al PP y CiU de copiar a Sarkozy, que a su vez habría copiado a Le Pen, en el discurso en materia de inmigración. Por su parte La Vanguardia contraprogramaba las informaciones sobre el peligro islamista en Cataluña, poniendo precisamente como ejemplo de moderación e integración a Salt, pese al peligro de infiltración de imanes radicales.

Observa-se assim que um dos principais temas da agenda nacionalista, a saber, o combate à imigração, torna-se cada vez mais central na política actual - já o era antes, mas a novidade é que agora, tal como nos anos setenta em Inglaterra, a hoste conservadora sente-se obrigada a piscar o olho ao eleitorado mais hostil à imigração.

Ver-se-á se, desta vez, os Nacionalistas conseguem que o Povo não se deixe enganar pelos lacaios do capitalismo.