quarta-feira, dezembro 05, 2012

MESMO AQUI AO LADO - MAIOR PARTIDO DA ESQUERDA QUER «DESAGRAVAR» OS DESCENDENTES DOS MOUROS EXPULSOS DA IBÉRIA

Quanto tempo falta para isto cá chegar, sendo que Portugal tem fundamentalmente a mesma história, neste aspecto, que os vizinhos e irmãos Espanhóis? Muito pouco tempo, provavelmente.
 
Los moros en España y sus compañeros de viajes autóctonos en esta empresa de conquista islámica no escatiman medios ni esfuerzos en falsificar la historia y reivindicar esa “España musulmana” que nunca existió, pues en puridad debe hablarse de “España bajo el islam”. Sobre un fondo, muy al gusto actual, de tolerancia, convivencia, mutuo respeto e interculturalidad supuestas de aquél Edén terrenal, se lleva a cabo una labor incesante de reivindicación del califato de Córdoba y de propagación del mito del paraíso perdido de Al-Ándalus.
Una de las tácticas del movimiento que busca la restauración de Al-Ándalus dentro del proyecto proclamado de un califato universal (que no se trata de otra cosa) consiste en asociar a ese proyecto a intelectuales y académicos españoles que hacen suyas esas tesis y que le permiten al moro presentarse en sociedad bajo un ángulo más favorable frente al público español. Sólo hay que ver la cantidad de “especialistas” del tema árabomusulmán que aparecen a diario buscando su momento de protagonismo en esta empresa de colaboración con el usurpador y de exaltación de todas las lacras del islam, pasadas, presentes y hasta futuras.
El tema de los moriscos y su expulsión constituye una pieza de primera importancia en el proceso actualmente en curso de islamización de España. Este proceso, que no es privativo de España, sino de gran parte de Europa Occidental, tiene en España una particularidad propia y casi única en el continente europeo: el antecedente del dominio musulmán de España durante cerca de 8 siglos. Esta circunstancia coloca a nuestro país en una situación distinta a aquellos países europeos que no tienen un pasado musulmán, o por decirlo así: que carecen de un capítulo musulmán en algún momento de su historia. Aquí la islamización adquiere para los islamistas una importancia muy particular, pues no se trata de conquista propiamente dicha de un territorio de infieles, sino de recuperación de un bien propio largamente expoliado: una vuelta “a casa”. El mundo pertenece a los musulmanes, pues así lo ha dispuesto Alá, y además España ya fue suya una vez: la propiedad musulmana de España no ofrece ninguna duda para los musulmanes, es un punto fuera de toda discusión.
Se cumplió en el 2009 el 400º aniversario de la expulsión de los moriscos por orden de Felipe III (1609). A pesar del silencio oficial de parte del Gobierno de entonces ante estas efemérides (lo que le fue reprochado desde los sectores musulmanes y colaboracionistas), podemos esperar que de aquí en adelante empezaremos a oir hablar cada vez más de los moriscos y sus peripecias. La campaña de lo que podemos adelantarnos a denominar, sin miedo a equivocarnos en mucho, de “recuperación de la memoria histórica morisca”, ya ha comenzado.
En realidad el grupo socialista en el Congreso de los diputados presentó ese año una proposición no de ley destinada a “desagraviar a los descendientes actuales de los moriscos expulsados de España hace 400 años”, iniciativa apoyada por un ramillete extraparlamentario de abajofirmantes del régimen que se sumaron desde sus sillones favoritos a la condena del destierro de los moriscos y la petición de disculpas oficiales por aquella medida. Como el horno no estaba para bollos, debido a la crisis galopante que ya afectaba España, el tema pasó casi sobre puntillas.
En todo caso, que desde un partido político se pida que el Parlamento Español, el Presidente del Gobierno (o tal vez el Rey), en nombre del pueblo y la nación española, pidan perdón a la morisma internacional, o quizás más modestamente a los supuestos descendientes de aquellos musulmanes expulsados, por haber liberado nuestros antepasados a España de la tiranía mahometana que la asoló durante más de 30 generaciones, habla a las claras de la catadura de los vendepatrias lamebabuchas que empestan la atmósfera con las pestilencias de su pudrición moral. A veces cuesta creer lo que está pasando, y sin embargo así es.
Estas son las primeras salvas que anunciaron lo que ha de venir: pasaremos pronto a acciones más ruidosas y de mayor calibre. Esa campaña constará de varias etapas. La primera consistirá basicamente en hablar del tema (ya estamos en ello), “hacer pedagogía” ante un público en su mayoría ignorante del tema en cuestión y “sensibilizarlo” acerca de lo que se le presentará (desde todas las cadenas de televisión y los periódicos del régimen, más los intelectuales de izquierda, los artistas, etc.) como el injusto tratamiento de los moriscos, víctimas, como no, de la intolerancia, del prejuicio, del racismo y… de la islamofobia. (En el año 2009 se rodó una serie de factura propia: “Expulsados 1609. La tragedia de los moriscos”, un proyecto de la Casa Árabe, coproducida por Televisió de Catalunya, TVE y Canal Historia y con la colaboración de la Generalitat de Cataluña y el gobierno de Aragón. Un botón de muestra).
Seguidamente se procederá a la culpabilización de la España católica, intolerante, cerrada sobre sí misma, etc. Aquí las tintas con las que se pintarán a los españoles serán particularmente oscuras. Y a través del cuadro de esa época, dibujado en clave antiespañola y proislámica, se hará, “por elevación”, la crítica de la España actual, que sigue el mismo camino de rechazo del otro, del diferente, que no ha superado las antiguas fobias y sus enemistades del pasado que le ensucian el alma y le nublan el entendimiento, etc, etc, etc. Debemos esperarnos a derroches de lirismo y exclamaciones ditirámbicas acerca de la bondad de los moriscos y a una orgia lacrimógena ante el dolor por el crimen cometido.
Una vez asentada en las mentes esa versión como cierta y verdadera (al margen de todo debate serio sobre la cuestión para no “perturbar” al público con la duda de la veracidad del relato oficial y no inducirlo a hacerse preguntas sobre la verdadera naturaleza de aquel suceso), y demostrada la culpabilidad española, entraremos en la fase del arrepentimiento y las disculpas oficiales, paso previo a las esperadas e inevitables reparaciones, primero simbólicas y dirigidas a la memoria de los lejanos moriscos, después en dinero constante y sonante del presupuesto nacional y medidas administrativas de privilegio a los descendientes de los desterrados. Suena esto tan absurdo y descabellado que podemos darlo por cierto teniendo en cuenta la catadura moral e intelectual de nuestros gobernantes.
“Hay que recuperar la memoria histórica”, será la orden del día que se impondrá a todo el país, día y noche a través de los medios adictos a la secta de iluminados y traidores que tienen las riendas del poder (en el gobierno tanto como en la oposición, en los claustros universitarios tanto como en los grandes medios de comunicación). Se creará la oportuna comisión ad hoc con un alto comisario a su cabeza, y empezará el baile de reuniones, de consultas, de encuentros, de expedientes, de estudios, de peticiones, de contactos con propios y ajenos, de viajes y congresos internacionales, etc.
En primer lugar, se adoptarán medidas de carácter eminentemente simbólico, declaraciones, discursos, palabras y más palabras, papeles membreteados y más papeles membreteados. Pero pronto se pasará a medidas más concretas y materiales para expiar el “pecado” de nuestros antepasados, que pesa sobre nuestra conciencia de españoles del tercer milenio con el terrible peso de la culpa no asumida y el daño no reparado.
No se escatimarán medios para identificar (y me temo que localizar) los posibles descendientes de aquellos “españoles” desterrados. Ni faltarán tampoco los especialistas que se entregarán a los cálculos necesarios para cuantificar en euros de curso legal el valor, a día de hoy, de los bienes expropiados a los expulsados.
La maquinaria propagandística del régimen nos machacará sin descanso con la versión de la “españolidad” de los moriscos (que se querrá hacer extensiva a sus descendientes) con la finalidad de preparar a la opinión pública ante la prevista aplicación de medidas excepcionales para otorgar a esos supuestos “españoles errantes” (por lo menos a una buena parte de ellos) la nacionalidad española y hacerlos volver a “su patria” por la puerta grande.
Como telón de fondo de esta operación aparece la voluntad de cuestionar y reescribir la historia de España en clave proislámica y antioccidental y arrojar toneladas de basura sobre España, su cultura, su religión, su identidad. Toda la historia de la larga lucha contra el usurpador musulmán opresor del pueblo español quedará reducida a un conflicto entre españoles de distinta confesión: una guerra civil entre facciones de un mismo pueblo.
(...)
 
Sabendo como é a elite reinante, não apenas em Espanha, mas também em Portugal e no resto do Ocidente, o que acima se prevê tem todo o ar de profecia certeira, cuja possibilidade de concretização deve motivar esforços actuais, da parte dos Nacionalistas hispânicos, para preparar o embate, a seu devido tempo, por todos os meios necessários.

 

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

E leste isto, Caturo?

http://www.alertadigital.com/2012/11/27/los-medios-franceses-silencian-una-marcha-patriotica-contra-el-islam-radical/

5 de dezembro de 2012 às 04:45:00 WET  
Blogger Unknown said...

5 de Dezembro de 2012 4:45:00 WET

eu postei no meu blog

5 de dezembro de 2012 às 18:10:00 WET  

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