TUMULTOS DE MUÇULMANOS EM MADRID QUE REAGEM EM JEITO DE INTIFADA À ACTUAÇÃO DA POLÍCIA
Notícia tirada daqui (texto a itálico):
Intifada en la Cañada Real
Los vecinos se amotinan contra la policía cuando iban a desalojar una casa
Lanzan piedras, tejas e incluso bombonas de butano a los agentes
Al menos 23 policías y cuatro civiles heridos; nueve personas detenidas
El pasado 9 de octubre, el Ayuntamiento ya derribó 40 'viviendas'
Vídeo: 'Es una película de miedo'
(Vídeo exclusivo TVE)
Actualizado viernes 19/10/2007 15:34 (CET)
MADRID.- Al lado de los escombros donde pocas horas antes se levantaba la casa de la familia de Abdel Gaylan, un obrero marroquí casado y con dos niños pequeños, a escasos metros de varios bultos con enseres, desde cunas hasta alfombras, dos adolescentes marroquíes, se saludaban poco después del mediodía. "Vaya guerra, ¿eh?". Los dos callaron. Resoplaron. A los segundos comenzaron a relatarse mutuamente la experiencia, tras dos horas en las que la Cañada Real Galiana, su hogar desde hace años, se pareció a la franja de Gaza.
A primera hora de la mañana se desplazaban a este poblado chabolista cercano al vertedero de Valdemingómez, donde viven alrededor de 30.000 personas, varios furgones de la policía municipal y nacional y la Guardia Civil, acompañados de una excavadora. Su objetivo, derruir una de las de 2.000 viviendas ilegales que se levantan en este páramo desde hace más de 20 años. Los agentes nunca pensaron lo que encontrarían allí.
Más de cien vecinos, la mayoría marroquíes, habían sido convocados para defender la casa, convertirla en un lugar inexpugnable. Muchos niños ni siquiera fueron a clase. Ni los adolescentes. Numerosas mujeres y niños estaban amotinados en la casa que iba a ser derruida, en el interior del poblado. A escasos metros, en una pequeña loma, los vecinos observaban.
Los antidisturbios empezaron a desalojar la casa y una primera piedra, un primer grito, desató la mayor batalla campal de los últimos años en la capital, que se ha saldado con 23 policías, la mayoría nacionales, y cuatro civiles heridos leves, además de nueve detenidos.
Las primeras piedras eran sólo el principio. Rápidamente llegaron las cargas, las carreras, los botes de humo lanzados al aire, las pelotas de goma disparadas por los antidisturbios. En la calle donde estaba construida la casa varios vecinos colocaron cajas de madera a modo de barricadas.
Las mujeres, tocadas con el hiyad (velo), subidas a los tejados, también arrojaron tejas y piedras a los agentes, que la emprendieron a porrazos para disolver a la muchedumbre. Era una auténtica batalla en la que todos participaban, incluso arrojando bombonas de butano. "A mí me ha pegado un policía. Yo le he dicho que era menor y no me podía pegar, pero me ha gritado que me vaya a mi país y me ha dado con la porra", explicaba una marroquí de 14 años.
Intifada en la Cañada Real
Los vecinos se amotinan contra la policía cuando iban a desalojar una casa
Lanzan piedras, tejas e incluso bombonas de butano a los agentes
Al menos 23 policías y cuatro civiles heridos; nueve personas detenidas
El pasado 9 de octubre, el Ayuntamiento ya derribó 40 'viviendas'
Vídeo: 'Es una película de miedo'
(Vídeo exclusivo TVE)
Actualizado viernes 19/10/2007 15:34 (CET)
MADRID.- Al lado de los escombros donde pocas horas antes se levantaba la casa de la familia de Abdel Gaylan, un obrero marroquí casado y con dos niños pequeños, a escasos metros de varios bultos con enseres, desde cunas hasta alfombras, dos adolescentes marroquíes, se saludaban poco después del mediodía. "Vaya guerra, ¿eh?". Los dos callaron. Resoplaron. A los segundos comenzaron a relatarse mutuamente la experiencia, tras dos horas en las que la Cañada Real Galiana, su hogar desde hace años, se pareció a la franja de Gaza.
A primera hora de la mañana se desplazaban a este poblado chabolista cercano al vertedero de Valdemingómez, donde viven alrededor de 30.000 personas, varios furgones de la policía municipal y nacional y la Guardia Civil, acompañados de una excavadora. Su objetivo, derruir una de las de 2.000 viviendas ilegales que se levantan en este páramo desde hace más de 20 años. Los agentes nunca pensaron lo que encontrarían allí.
Más de cien vecinos, la mayoría marroquíes, habían sido convocados para defender la casa, convertirla en un lugar inexpugnable. Muchos niños ni siquiera fueron a clase. Ni los adolescentes. Numerosas mujeres y niños estaban amotinados en la casa que iba a ser derruida, en el interior del poblado. A escasos metros, en una pequeña loma, los vecinos observaban.
Los antidisturbios empezaron a desalojar la casa y una primera piedra, un primer grito, desató la mayor batalla campal de los últimos años en la capital, que se ha saldado con 23 policías, la mayoría nacionales, y cuatro civiles heridos leves, además de nueve detenidos.
Las primeras piedras eran sólo el principio. Rápidamente llegaron las cargas, las carreras, los botes de humo lanzados al aire, las pelotas de goma disparadas por los antidisturbios. En la calle donde estaba construida la casa varios vecinos colocaron cajas de madera a modo de barricadas.
Las mujeres, tocadas con el hiyad (velo), subidas a los tejados, también arrojaron tejas y piedras a los agentes, que la emprendieron a porrazos para disolver a la muchedumbre. Era una auténtica batalla en la que todos participaban, incluso arrojando bombonas de butano. "A mí me ha pegado un policía. Yo le he dicho que era menor y no me podía pegar, pero me ha gritado que me vaya a mi país y me ha dado con la porra", explicaba una marroquí de 14 años.
Sabe-a toda, o petiz norte-africano... tem bom corpo para andar a atirar pedras à polícia mas depois quer usar a lei para ficar impune...
Continuemos...
(...)
Desde el sindicato policial CEP avisan que esto es sólo el principio, ya que se tienen que derribar todas las construcciones del poblado y aseguran que la comunidad marroquí ha convertido el conflicto en un asunto de índole religiosa.
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