sábado, setembro 08, 2007

A DIREITA LIBERAL HOLANDESA COMEÇA A ENTENDER A DIMENSÃO DO PERIGO ISLÂMICO

Sigue el debate en Holanda sobre el islam, con el telón de fondo de la polémica sobre los inmigrantes musulmanes, que muchos consideran incapaces de integrarse en Europa. El tema de la integración de inmigrantes es un asunto candente en Holanda, país donde ese grupo de población registra altos porcentajes de paro. Además, la mayoría de los extranjeros que tiene trabajo realiza tareas que requieren poca escolarización, y percibe salarios muy bajos.

Tras el asesinato de Theo van Gogh y las amenazas de muerte a la diputada liberal holandesa de origen somalí, Ayaan Hirsi Ali, por sus críticas al islam, el problema se ha trasladado a la opinión pública hasta el punto de causar un terremoto en el panorama electoral y político holandés.
En las últimas elecciones el Partido por la Libertad, ha conseguido 9 escaños de los 150 con que cuenta el parlamento holandés. Su líder Geert Wilders, adquirió relevancia internacional por un artículo publicado en el diario Volkskrant titulado “Ya es suficiente: prohibid el Corán”. Wilders traza un paralelismo entre el libro sagrado de los musulmanes y el “Mein Kampf” (”Mi Lucha”) en el que Adolf Hitler expuso sus ideas nacionalsocialistas. La legislación holandesa penaliza la comercialización del libro de Hitler, aunque su posesión no está prohibida.
En opinión del parlamentario de la derecha social, “el Corán debería ser también proscrito, pues varias de sus suras ordenan a los fieles que maten a judíos, cristianos y no creyentes, violen a sus mujeres e impongan un estado totalitario musulmán”. El artículo tuvo su inspiración en la agresión sufrida el pasado sábado por Ehsan Jami, joven concejal de un suburbio cercano a La Haya que dirige un comité de apoyo para apostatas musulmanes.

Por su parte los liberales del Partido Popular por la Libertad y la Democracia (en neerlandés: Volkspartij voor Vrijheid en Democratie, VVD), que han formado parte de la coalición de gobierno desde 1994 hasta 2006, impulsaron en su día a través de la ex ministra Verdonk, actual representante del Partido Liberal en la Cámara Baja holandesa, un programa de integración para los inmigrantes en el que se obligaba a los mismos a aprender el idioma holandés y costear en parte los cursos, ya que muchos de esos inmigrantes, después de permanecer incluso 12 o 20 años en Holanda, no hablan el holandés. Pero las diferencias del VVD, partido al que pertenecía Ayaan Hirsi Ali, con los democristianos del CDA, sobre la conveniencia de realizar expulsiones masivas de ilegales han sido constantes y han servido de telón de fondo a la crisis de la coalición de gobierno de centro derecha.

Tras las elecciones de 2006 el VVD ha pasado a la oposición, y en la nueva coalición de gobierno ha entrado el socialdemócrata PvdA, partido que pese a sufrir una importante debacle electoral –paso de 42 a 32 escaños- aboga por una política de entendimiento con lo que denominan el Islam liberal y por exigir la regularización de los ilegales que viven desde hace años en el país.

Precisamente al este respecto, la semana pasada, Geert Wilders, el polémico líder del Partido por la Libertad, y varios críticos del islam dentro de las filas del liberal VVD, afirmaron que un islam “puro” contraviene los principios de la democracia y los derechos humanos. Además estos políticos pusieron en duda que un islam moderado o presuntamente liberal exista realmente más allá de las alianzas de conveniencia entre EE.UU. y las petromonarquias, o la imaginación del multiculturalismo.

También ambos partidos han entrado en polémica con los democristianos y socialistas por el nombramiento de dos viceministros con nacionalidad marroquí y turca respectivamente, además de la holandesa, al considerar que puede plantearse una incompatibilidad de funciones.


Los partidos de la oposición VVD y PVV quieren debatir sobre este tema con el primer ministro, Jan Peter Balkenende, y el ministro de Relaciones Exteriores, Maxime Verhagen, especialmente en relación con la diputada Khadija Arib, marroquí de origen, que es a la vez asesora del rey Mohammed VI. Ellos opinan que la función de asesora de Arib es incompatible con su función de parlamentaria, porque podría ocasionar un conflicto de lealtades. Por el contrario para los socialistas del PvdA, puede seguir desempeñando ambos cargos.