ESBOÇOS DE RESISTÊNCIA EUROPEIA CONTRA A IMINVASÃO ISLÂMICA

A hoste islâmica continua apostada em semear na Europa locais de culto e eventual difusão de ódio contra o Ocidente.
Em Espanha, há suspeita de que o projecto de construção daquela que será a maior mesquita da Europa, está a ser financiado por poderes islâmicos radicais, como a seguir se lê em Castelhano.

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Uno de los mayores escándalos relacionados con el Islam en España ha sido el intento de construir la mezquita más grande de Europa en el barrio de Los bermejales de Sevilla financiada con dinero radical.
El portavoz del PA en el Ayuntamiento de Sevilla y candidato a la Alcaldía, Agustín Villar, ha asegurado que sólo su "preocupación" por la seguridad de la ciudadanía le mueve a vincular la mezquita promovida en el barrio de Los Bermejales por la Comunidad Islámica de España con la organización terrorista islámica 'Al Qaeda', advirtiendo de que el colectivo que impulsa este templo tiene "mucho que esconder" en cuanto a la financiación de este proyecto para el cual el Ayuntamiento cedió una parcela de titularidad pública.
Villar cree "urgente y prioritario" que el Ministerio del Interior investigue los fondos obtenidos por la Comunidad Islámica de España, que promueve la iniciativa después de que el Ayuntamiento de Sevilla le cediese una parcela de 6.000 metros cuadrados en el barrio de Los Bermejales encontrando la dura oposición del colectivo de vecinos 'Bermejales 2.000', que logró paralizar cautelarmente la iniciativa urbanística tras elevar el caso a los tribunales bajo la premisa de que los suelos públicos de la barriada deben ser destinados a otros usos de interés general.
Agustín Villar recuerda que el propio vicepresidente de la Comisión Europea, Franco Frattinni, advirtió recientemente de que es necesario "controlar a los imanes" de Europa y los contenidos que predican y reiteró que su única intención es "que se aclare cuál es la financiación" de la mezquita promovida en Los Bermejales, no aceptando el echo de que la Comunidad Islámica de España alegue que los fondos proceden de "donaciones anónimas". "Hoy se han negado en redondo a dar la más mínima explicación", dijo al respecto.
"Yo no quiero ni puedo permitir que haya en mi ciudad dinero del islamismo radical", aseveró al respecto advirtiendo de que defenderá esta posición "me acusen de lo que me acusen y me lleven a donde me quieran llevar".


Na Suíça, entretanto, há também quem tenha já noção do perigo islamista:

La derecha social suiza, representada por la Unión Democrática de Centro, junto a la derecha cristiana, Unión Democrática Federal, han iniciado una campaña, con la oposición de los socialistas, para recoger firmas para promover un referendo cara a prohibir por ley la construcción de minaretes en todo el país. Los promotores de esta iniciativa exigen además una moratoria en toda la Confederación Helvética para cualquier construcción de cultos islámicos que pudiera burlar la nueva normativa hasta la votación de la iniciativa en un referéndum.
Los proyectos de construcción de minaretes (las torres de las mezquitas, desde cuya altura se llama a los musulmanes a la oración) han desatado protestas ciudadanas en varias localidades del país, especialmente en las poblaciones de Wangen (cantón de Solothurn); en Langenthal, (Berna) y en Wil (San Gallen).
Los impulsores de la campaña por el referendo, en marcha desde primeros de mayo, estiman que los minaretes son el símbolo de la reivindicación del poder político-religioso por el islam. Se trata de "atajar las tentativas de los medios islamistas de imponer en Suiza un sistema legal basado en la sharia la ley islámica", según un comunicado de los promotores.
El diputado de la UDC, Ulrich Schlüer, considera que la construcción de estas torres es una amenaza para la paz confesional. "Los alminares no tienen nada que ver con la religión: no son mencionados en el Corán o en los textos religiosos importantes. Éstos simbolizan sólamente un lugar donde la ley islámica se establece", declaró. Schlüer que añadió que los alminares tiene una connotación “imperialista".
En el mismo tono se pronunció el ministro suizo del Interior, Christoph Blocher, señalando que habría que preguntar a los musulmanes “si los minaretes son verdaderamente necesarios para ejercer la libertad de culto o son signos de dominación que no tienen un lugar en un país cristiano como Suiza”.
Blocher se muestra también contrario a que en los cementerios suizos se reserva un lugar especial para los musulmanes distinto al del resto de ciudadanos, y señala que 'hay que decir a los que vienen a Suiza, que las reglas básicas se aplican para todos, es decir el derecho a una sepultura digna en un cementerio público'.
Suiza, con una población de 7,5 millones de habitantes, tiene alrededor de 311.000 inmigrantes musulmanes, la mayoría de ellos proceden de los Balcanes y de Turquía.

Control de la inmigración musulmana
Ante el creciente fenómeno de la presencia de radicales islámicos que incitan al yihadismo entre las comunidades de inmigrantes musulmanes de toda Europa, el ministro suizo del Interior, Christoph Blocher de la Unión Democrática de Centro, es partidario de que los musulmanes que entren en la Confederación Helvética firmen un 'contrato de integración' en la sociedad del país, de tal manera que si no lo cumplen, sean expulsados. Blocher, señala que no tiene esperanzas de que un contrato de ese tipo cambie las mentalidades, pero señala que “tenemos una Constitución y creo que sería bueno poner en negro sobre blanco las reglas a respetar”.
Asimismo se refirió a que las autoridades suizas, como las de los otros países, tienen bajo su observación a los predicadores islamistas extremistas ante la posibilidad de que sean una amenaza para el país. “Hace falta transparencia. No quiero (en Suiza) mezquitas que sean centros de propaganda del yihadismo”, afirmó.