segunda-feira, abril 16, 2007

O QUE NEM OS MUÇULMANOS NEM OS DIMIS DIZEM A RESPEITO DO ISLÃO OU O SILÊNCIO ENSURDECEDOR DOS POLITICAMENTE CORRECTOS E DA MAIORIA DAS FEMINISTAS

Por el llamado derecho de la sangre ("diyeh"), quien mata a una persona, además de cumplir la pena correspondiente, tiene que pagar una cantidad de dinero a los familiares de la víctima.
"Y matar a una mujer, al igual que a un extranjero, cuesta la mitad de lo que vale matar a un hombre", según recoge la Ley iraní.
En el mundo islámico un hombre puede divorciarse cuando quiera, pero para que lo pueda hacer una mujer debe cumplirse alguna de una serie de siete condiciones, entre ellas, que el marido la haya abandonado completamente, sea adicto a las drogas o sufra de impotencia sexual.
Si el esposo encuentra a su mujer con otro hombre manteniendo relaciones sexuales tiene derecho legal a matarlos a ambos y, en cualquier caso, si se demuestra el adulterio la mujer puede ser lapidada hasta la muerte.
Durante la lapidación, se entierra a la mujer hasta el torso y se le tapa la cabeza con una bolsa de tela mientras los habitantes de la localidad le apedrean. Si consigue liberarse en esas condiciones queda en libertad.
VEA AQUÍ UNA LAPIDACIÓN REAL. LAS IMÁGENES PUEDEN HERIR SU SENSIBILIDAD
A los hombres también se les puede condenar por adulterio, pero éstos tienen la potestad del llamado "matrimonio temporal" por el que se pueden casar con varias mujeres, incluso a veces durante sólo algunas horas, para poder mantener relaciones sexuales con ellas.
En cuanto a la comparecencia ante un juzgado por cualquier asunto, una mujer sola no puede testificar y deben hacerlo dos a la vez para que su palabra tenga valor jurídico.
Los adolescentes varones tienen que ser mayores de 18 años para poder ser ejecutados, mientras que para las niñas basta con que hayan cumplido los nueve años, ya que las "fatuas" dictadas por los ayatolás tienen un valor legal superior y pueden permitir ejecutar a niñas con esa edad.
Tras un divorcio, las mujeres sólo pueden quedarse con ellos hasta los siete años, pasando a partir de esa edad a depender del padre.
Éste ha sido un avance reciente, ya que hasta hace poco las madres únicamente podían quedarse con sus hijos hasta los dos años.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¿Qué pensará de todo esto doña Cristina Almeida y Doña Manuela Carmena Castrillo?

18 de abril de 2007 às 17:51:00 WEST  

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