quarta-feira, março 13, 2013

INFILTRAÇÕES NO FLANCO SUL DO LIMES EUROPEU

La Delegación del Gobierno ha informado de que a las 4.50 horas de la madrugada de este sábado un grupo aproximado al centenar de inmigrantes ha intentando un asalto masivo a la valla que separa a Melilla de Marruecos pero ha asegurado que ninguno de ellos ha conseguido entrar en la ciudad española.
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Por otro lado, ha indicado que la Delegación del Gobierno “reitera la necesidad de que la Unión Europea actúe de manera decidida frente a los flujos irregulares de inmigración y el drama que acarrean, tanto con una actuación humanitaria urgente en el Marruecos cercano”.
También “con políticas de información y cooperación con los países de origen de esa misma inmigración irregular, a fin de ordenarla y evitar la actuación criminal y sin escrúpulos de las mafias que explotan y ponen en grave riesgo la vida de los inmigrantes irregulares”.
Por último, ha señalado que la Delegación del Gobierno quiere reiterar también “su apoyo a la Guardia Civil y subraya su entrega y eficacia en su labor de custodia de la frontera de Melilla, como se sabe una de las pocas fronteras terrestres exteriores de la UE”.

Siempre ha habido fronteras, como hay puertas en las casas. El limes diferencia la civilización de la barbarie, como en la antigua Roma. Hay vallas que diferencian la luz de las tinieblas, que distinguen la libertad de la esclavitud y el islamismo no es otra cosa que esclavitud, satrapía, miseria e indignidad.Ver video: Inmigrantes asaltando un instituto de Melilla, esta mañana
Una de las vallas es la de Melilla. Las vallas no están para saltarse. La de Melilla parece que está para lo contrario: para saltarse. Si es preciso, y parece que lo es, las Fuerzas Armadas deben pasar a cuestionar la seguridad de ese limes. La Guardia Civil dice que se ha puesto a sus números ahí para hacer el pasayo, sin recursos legales ni material adecuado.
Si alguien quiere proponer que España abra sus fronteras para subvencionar a todos los desheredados del mundo y ofrecerles sanidad y educación gratis que lo diga, pero será tan estúpido como Zapatero o Rajoy. Ni España tiene esa capacidad, como es dramáticamente notorio, pues según UNICEF hay 2,2 millones de niños españoles con desnutrición, ni hay economía que lo sostenga, ni tiene lógica alguna destruir España en aras de los sentimentaloides complejos de culpa de los denominados progres de izquierdas y de derechas.
Estamos hartos de esos progres. La gente sensata está harto de esos irresponsables progres demoledores de nuestra sociedad, frívolos enemigos de nuestra civilización. La gente sensata se ha hartado de los políticos que siguen los dictados de esos progres sin cordura ni ilustración. Los españoles no somos ni responsables, ni mucho menos responsables, ni mucho menos culpables, de los problemas de las poblaciones de otras naciones. Deben resolver sus problemas, no crearnos a nosotros otros, que ya tenemos bastantes. Cuando el imperio romano relajó su limes, se vino abajo.
La gente sensata está por el sentido común. Las fronteras y las vallas se defienden con las armas, por supuesto, no con mantequilla de Burgos, ni con soflamas de meapilas laicos, casi siempre subvencionados. Con el dinero de otros hacen fiesta los devotos.
Nadie, nunca, debe saltar la valla de Melilla. Y el que lo intente debe saber a qué se arriesga. Una frontera no es un juego, ni un capricho, ni un coladero, como no lo es la puerta de las casas. Sería ocioso explicar que la fortaleza es siempre, a la postre, más humanitaria, que la compasión peligrosa. Pues una actitud débil incrementa las avalanchas y sus riesgos.
Nos están exportando excedentes de población sociedades atrasadas por el islamismo, secta refractaria a cualquier ética del trabajo, que predica el saqueo y el crimen. Para evitar esta invasión silenciosa, pero de alto riesgo, hay fronteras, hay vallas. Más allá de la valla de Melilla está la barbarie. La valla de Melilla debe ser impenetrable.
Unos 150 invasores subsaharianos asaltaron en la madrugada del lunes un punto de la valla que separa España de Marruecos en la ciudad autónoma de Melilla, y se estima que alrededor de medio centenar ha conseguido entrar, informó la Delegación del Gobierno en un comunicado.
“Unos 30 aproximadamente se dirigieron al aeropuerto causando daños en la valla de seguridad que circunda las instalaciones aeroportuarias. El resto se desperdigó por la ciudad en una actitud de abierta resistencia y enfrentamiento a las fuerzas del orden cuando intentaban interceptarlos”, agregó el comunicado.
Uno de los invasores tuvo que ser asistido por golpearse voluntariamente contra un coche policial, y otros nueve fueron atendidos por traumatismos de carácter leve, según el relato de la Delegación.
Dos guardias civiles también tuvieron que ser atendidos, uno por traumatismos en la mano izquierda y espalda, al ser golpeado con un objeto de hierro por un inmigrante y, el otro, por traumatismos en pie y mano derecha, por agresiones, agregó.
A mediados de la pasada década, las autoridades españolas reforzaron el perímetro fronterizo de Melilla para frenar las avalanchas de inmigrantes irregulares, pero en los últimos meses se han procedido varios episodios de asaltos masivos en algunos puntos de la valla.
La Delegación del Gobierno denunció el año pasado tras un episodio similar a las mafias que llevan a los inmigrantes hasta situaciones límites que derivan en episodios de violencia.