SOBRE UMA INCITAÇÃOZITA AO GENOCÍDIO NO PAÍS IRMÃO

O escritor e jornalista espanhol Arturo Pérez Reverte diz o seguinte, no seu blogue:

«De compras. Me atiende una señora con acento eslavo, de un metro ochenta de estatura a ojo de buen cubero, con el pelo rubio y los ojos claros. De ésas que dan miedo. O casi. Hechos los trámites, llama a dos empleados, y éstos se ocupan del resto de la operación. Uno es un rumano eficiente que se ocupa de mí con diligencia, y hablando un español casi perfecto, me advierte: «Cuidado con esta pieza, que es muy jodida y se suelta». Lo de muy jodida lo ha dicho con el desparpajo y la naturalidad de quien le tiene tomado el punto a la pieza que se suelta y al habla de Cervantes. Integrado total.

El otro empleado es un joven azteca, o maya, o lo que sea. Uno de allí, con un magnífico pelo negro, la piel cobriza y unos ojos oscuros e inteligentes. También son ojos orgullosos. (...)

Ésta es la España que hay, concluyo. Y la que viene. La que va siendo. Y a lo mejor por ahí nos salvamos, al final. O se salvan nuestros descendientes. Cuando pasen los tiempos de la purga, de la penitencia por lo que fuimos y aún somos, y nuestra mala simiente ancestral se diluya por fin en la genética, y otra generación de españoles diferentes nos borre del mapa. Camino detrás de los tres críos, observándolos mientras pienso en todo eso. En que dentro de unos años, sus nietos se mezclarán con los de la bolchevique rubia de la tienda, del americano de ojos orgullosos e inteligentes, del rumano que sabe que las piezas son jodidas y se sueltan. Y de esos fascinantes cruces de caminos del azar y la vida, saldrán españoles nuevos: jóvenes gloriosamente mestizos, con la mirada orgullosa del indio en unos ojos rasgados y asiáticos que tengan el color claro de la ucraniana de la tienda y la inteligencia del rumano de eficaz parla cervantina, aliñados tal vez con el valor desesperado del africano que se jugó la vida a bordo de una patera.

Españoles felizmente distintos, nuevos, mezclados entre sí­, que rompan nuestra estúpida inercia para generar, como ocurre en los buenos mestizajes, hombres y mujeres más atractivos, imaginativos e inteligentes. Sobre todo, cada vez más lejos de los fantasmas y odios viscerales que emponzoñan este lóbrego patio de vecinos llamado España. Gente distinta, a cuya sangre mezclada y renovada importen un carajo las secuelas no resueltas de las guerras carlistas, la guerra del Segador, los mártires de la Cruzada, los fusilados del franquismo, el fuero de los Monegros, el Estatut de Úbeda y toda nuestra larga enfermedad histórica. Nuestra puerca estirpe de insolidaridad, vileza y mala leche.

Nacerán así españoles nuevos, prácticos, que se rían en la cara de los sinvergüenzas que ofrecen euros a cincuenta céntimos, esqueletos de armario, errehaches y endogamias catetas. Que se vayan a la cama juntos, se preñen unos a otros y nos preñen a todos tantas veces como haga falta, hasta que lo importante, lo necesario, se dibujen con nitidez en la retina de nuestra estirpe. Hasta que nazca, al fin, un español que busque el futuro en vez de la manera de hacerle la puñeta al vecino, o vengar a su abuelo. Puestos a ser analfabetos -eso ya parece irremediable-, seamos al menos analfabetos guapos, con ojos verdes, ritmo africano y latino en las venas, andares de mulata hermosa, aplomo de eslavos tenaces, coraje de sangre moruna. Y al tradicional Manolo moreno, bajito, limitado, fanático de las fiestas de su pueblo, de la efigie del santo patrón y de la última y puta guerra civil, que le vayan dando».

Portanto, o sujeito advoga a eliminação de um Povo por meio da mistura racial - preto no branco (literalmente), objectivamente falando. Num estilo literário da moda - até aquela curtíssima «O casi.» é do mais banal que se tem visto nestes dias, nem há nenhuma escriba me(r)diático tuga que nunca tenha escrito um «Ou quase.» numa das suas charlas, até enjoa - o jornalista, membro da Real Academia Espanhola da Língua (Fonte: http://pt.wikipedia.org/wiki/Arturo_P%C3%A9rez-Reverte) evidencia o seu desprezo, aliás, o seu ódio, para com a sua própria gente e quer vê-la substituída por uma salganhada afro-india com toque eslavo - é que além de militantemente traidor ainda tem mau gosto, o que não admira, visto que toda a sensibilidade desta espécie de gente, típica representante da elite cultural actual, é formatada nos cânones da feiúra pró-exotista, do sem-forma e do anti-europeu. Não há nenhum destes intelectuais de serviço que não considere o mulato como o ideal da beleza humana.

E não é apenas uma questão de mau gosto - a traição acima descrita com pormenores particularmente violentos motiva-se, talvez acima de tudo, pelo já aqui amplamente dissecado e denunciado complexo de culpa branco, que domina o espírito da elite que dirige a Europa. No texto acima essa tara está enunciada com todas as letras, sem disfarce nem qualquer subtileza (e o culto, usualmente ridículo, da subtileza, até é apanágio da elite cultural reinante) nas palavras que realcei com cores que magoam a vista:  la penitencia por lo que fuimos y aún somos, y nuestra mala simiente ancestral se diluya por fin en la genética, y otra generación de españoles diferentes nos borre del mapa. Ou seja, somos, Nós, culpados de nascença, porque, contra toda a lógica da Justiça mais óbvia, as alegadas culpas dos nossos pais devem ser pagas por nós e por isso nem direito temos a existir, como Povo. É, efectivamente, a tara do pecado original judaico-cristão em versão laica - a cristianização inoculou um veneno mortal nas veias das classes mais influenciadas pelo poder reinante, ao longo de mais de um milénio, e, embora o culto formal ao judeu morto na cruz esteja agora a esmorecer por toda a Europa, a moral que os seus adoradores impingiram aos Europeus produziu os seus frutos, criando assim uma espécie de instituição não formalizada mas nem por isso menos poderosa, da qual Arturo Pérez Reverte é alto clérigo: a Santa Madre Igreja Anti-Racista e Multiculturalista dos Últimos Dias do Ocidente.

Claro que em Democracia o escriba diz o que lhe apetece; num regime realmente livre até deve ter direito ao suicídio, de resto. Todavia imagine-se agora que o opinador tinha escrito um texto análogo na forma, com as mesmas expressões e o mesmo tom, mas a criticar a mistura racial e a defender a preservação do «Manolo moreno e fanático das festas do seu povo» (c'a g'anda defeito, adorar os festejos populares, pois claro, coisas do povinho, ai nojo, ai o povinho, racista e burro, ui...):

 - Cuando pasen los tiempos de la purga, da maldição que foi e ainda é a mistura racial, y essa mala simiente alógena que se infiltrou na nossa ancestralidade se diluya por fin en la genética, y otra generación de españoles, mais europeus, borre os mulatos del mapa.

 - A porca estirpe deles

 - seamos al menos analfabetos guapos, con ojos verdes, ecos arianos en las venas, andares de europeia hermosa, aplomo de eslavos tenaces, coraje de sangre céltico. Y al tradicional mulato, ritmado, caloroso, comunicativo, fanático da dança, mete nojo». («Que le vayan dando» expressa desprezo: http://www.cosasdeandalucia.com/web/index.php/component/glossary/Expresiones-21/Q/Que-le-vayan-dando-1094/)

Não me engano muito se disser que um gajo que escrevesse isto ia pelo menos a tribunal. Por menos do que isso já houve gente a ser presa. Modestos e comuns populares largam um desabafo racista num comboio ou num forum e vão parar à pildra - um eminente escritor incita ao ódio racial e ao genocídio e fica em liberdade. Até eu, que alguns consideram radical e incitador do ódio, eu, um militante «nazi», nunca na vida escrevi neste blogue coisas como a que este sofisticado e afamado jornalista escrevinhou publicamente. Como dizia Voltaire, se queres saber quem manda, atenta naquele que não podes criticar.