sexta-feira, maio 04, 2007

O GENOCÍDIO QUE NÃO SUSCITA «INDIGNAÇÕES» E MARCHAS DE PROTESTO POR PARTE DA ESQUERDA OCIDENTAL

En su primera actuación sobre el conflicto de Darfur, el Tribunal Penal Internacional ordenó arrestar al ex secretario de Estado del Interior sudanés Ahmed Harun, y al comandante de la milicia Yanyaweed, Ali Kushayb, por ser sospechosos de haber cometido crímenes de guerra en la región sudanesa de Darfur durante los años 2003 y 2004. El Tribunal situado en la ciudad holandesa de La Haya encontró motivos «razonables» para creer que los acusados son los responsables de asesinatos, violaciones, torturas y otros crímenes contra la humanidad.

En la resolución emitida ayer por el Tribunal Penal Internacional, el fiscal del caso, el argentino Luis Moreno-Ocampo, señaló que «no sólo se ha podido comprobar la conexión existente entre Harun y Kushayb, sino que se ha demostrado la operación encubierta que permitía masivos crímenes contra civiles aun conociendo que no estaban involucrados en el conflicto», al oeste de Darfur, región que en la actualidad sufre una hambruna sin precedentes. Por su parte, el ministro de Justicia sudanés, Mohamed Ali al-Mardi, ya advirtió el martes que «el Gobierno no tiene intención de entregar a los sospechosos» y añadió que su postura es muy clara: «El Tribunal Penal Internacional no puede asumir la jurisdicción de juzgar a ningún sudanés fuera del país».

Las milicias islamistas Yanyaweed llevan años aterrorizando el sur de Sudán, cristiano. Llegan generalmente al alba. Arrojan antorchas encendidas a las tiendas y, a mazazos, rompen los grandes recipientes de tierra cocida, en que los lugareños guardan sus provisiones de mijo o de sorgo, que pronto comienza a arder. Dan vueltas en torno a las hogueras, con gritos terribles. Arrancan a los niños de los brazos de sus madres, para arrojarlos vivos a las hogueras. Violan a las mujeres, las maltratan y las abren el vientre. Por último, reúnen a los hombres y los ametrallan. Los supervivientes son apresados y vendidos como esclavos. 1.600 aldeas han sido destruidas de esta forma, 200.000 personas asesinadas y más de 2 millones de refugiados se han visto desplazados de sus hogares, para huir de la muerte o de la esclavitud a que son sometidos tras las razzias.

Sudán significa en lengua árabe "tierra de los negros" y es precisamente esta raza - que en Sudán practica mayoritariamente las religiones animista y cristiana - la que durante décadas ha sufrido el sometimiento a la población árabe del norte – donde se ubica el gobierno islamista.