AVANÇA O PODER ECONÓMICO ISLÂMICO NO PAÍS AO LADO
La Junta Islámica está ultimando un proyecto para poner en marcha el primer banco islámico en España. Al parecer, esta organización planea desembolsar 18 millones de euros para crear una entidad o adquirir una ya existente. Los más de 2 millones de musulmanes que tenemos instalados en España pueden respaldar la viabilidad del proyecto.
Con la banca islámica se pretende dar una imagen de modernidad en España a los preceptos de la sharia, ley islámica, que ya se aplica en las carnicerías halal y se ha querido también introducir, con menos éxito, en las prácticas funerarias de nuestros cementerios. La shari'a prohíbe invertir en negocios que son considerados haram (no religiosamente permitidos, en contraste con el halal que significa religiosamente permitido). Esta banca halal cuenta con el atractivo de que la sharia, prohíbe tanto la usura (riba), es decir, el cobro (o también pago) de intereses, así como la financiación de actividades consideradas ilegítimas por el Corán, como las bebidas alcohólicas, el cerdo, las apuestas, los juegos de azar e, incluso, la bolsa.
La formula del negocio consiste en que aunque no se puede cobrar un suplemento a modo de intereses, sí es posible cobrar una tasa de retorno si las ganancias y pérdidas son compartidas por la entidad y el cliente. Una especie de fórmula capital-riesgo. El depositante no tiene garantizada una cantidad de retorno fija sino que viene a ser un accionista, y participa de las ganancias. Otra cuestión muy importante es que el dinero depositado en estas entidades solo puede invertirse en empresas halal, (puras, permitidas), con lo que todos sus depósitos servirán a la creación de un lobby económico musulmán en España y a la expansión de las prácticas islámicas.
Los críticos de la economía islámica argumentan, sin embargo, que la característica fundamental en el cobro de intereses no es eliminado en realidad en la banca islámica sino que está meramente oculto y re-etiquetado. El Financial Times, se refiere a muchas de estas prácticas como "espejismos y humo financiero". Pero el comentario más negativo vino de Shahid Malik, miembro de Parlamento Británico. Escribiendo en El Times, Malik le dijo a sus co-religionarios musulmanes, "Si ustedes quieren la ley de la sharia, debe irse a vivir a Arabia Saudita”.
Isabel Romero, directora del Instituto Halal de la Junta Islámica Española, por su parte ha declarado que "la población musulmana ha ido creciendo en España, al igual que su nivel adquisitivo, por lo que se hace necesario implantar este tipo de finanzas".
La Junta Islámica en una primera fase certificará los productos financieros que la banca española destine a musulmanes. Aunque reconoce que "aquí hay miedo a que se produzca una respuesta negativa por parte del resto de clientes en el caso de que el banco hiciera un gesto o guiño especial a los musulmanes con la introducción de productos adaptados a la sharia o la apertura de ventanillas islámicas".
Por ello lo que la Junta Islámica pretende es crear el primer banco islámico de España. Isabel Romero confirma que “El Instituto ya está sumergido en la búsqueda de financiación para este proyecto entre inversores privados e, incluso, algún banco islámico de otro país, pero "la entidad no verá la luz, como mínimo, hasta dentro de tres o cinco años". Y es que montar una entidad financiera no es tarea fácil: el Banco de España exige una garantía de 18 millones de euros en inmovilizado y, luego, se necesita más o menos el doble para empezar a operar. Para acortar tiempos, la institución baraja la posibilidad de "comprar un banco mediano y reconvertirlo al sistema islámico".
CRECE LOBBY ISLÁMICO TAMBIÉN EN EUROPA
Los expertos financieros han constatado que los grandes inversores y los particulares fieles de la religión musulmana con propiedades o residentes en Occidente, encuentran grandes obstáculos para conciliar los movimientos de dinero y transacciones de bienes al estilo occidental con los preceptos de ley islámica.
Recientes estadísticas oficiales británicas han detectado que muchos de los residentes musulmanes no pueden comprar su vivienda, porque la “charia” se lo prohíbe, siguiendo los procedimientos de la banca occidental, a través de operaciones de hipotecas. Lo mismo sucede con el sistema de créditos al consumo con sus intereses respectivos. El Islamic Bank of Britain(IBB) ha sido uno de los primeros en reaccionar ante estos impedimentos “morales” que, al parecer, tienen fácil solución. Este banco de esencia islámica fue autorizado, en septiembre del año pasado, a abrir sucursales en Londres, Birmingham y Leicester.
La banca Lloyds ha lanzado al mercado, este mismo año, una modalidad de cuenta corriente y un servicio de financiación inmobiliaria compatibles con la estricta ley musulmana. “Hay aproximadamente dos millones de musulmanes en el Reino-Unido y un 75% de ellos exigen que los productos bancarios se ajusten a la ley islámica” explica Emile Abou-Shakra, portavoz autorizado de la entidad bancaria.
La banca Lloyds no abona intereses y no autoriza descubiertos a sus clientes musulmanes que quieren cumplir con el precepto religioso. En su plan de financiación inmobiliaria, por ejemplo, el banco adquiere hasta el 90% del precio total del inmueble para vendérselo después a su cliente islámico a un precio fijo estipulado, a través de cuotas-alquiler mensuales. El beneficiario de la financiación “sin interés", firma un documento en el que se precisa que el bien inmueble pertenece al banco hasta que se cumpla su reembolso integral.
La Deutsche Bank, en Alemania, la Société Genérale y BNP-Paribas, en Francia, han iniciado planes similares para poner a punto sus servicios en el segmento del mercado musulmán. El vice-presidente del Banco Central del Líbano, piensa incluso que los productos financieros islámicos “pueden seducir a clientes que pertenecen a otras religiones” en un futuro no muy lejano. “Sobre todo en Gran-Bretaña - matiza - donde no existe un tipo de interés fijo para operaciones inmobiliarias” por lo que comenta que un préstamo con las modalidades de la “charia” puede ser una alternativa válida.
Los primeros bancos occidentales en ofrecer “inversiones adaptadas” al credo musulmán fueron “Kleinwort Benson", “Citibank International", “ANZ Grindlays” y “Robert Flemings".
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